[Que tonta que fui, que tarde caí. Como me mentiste, como te creí. Parece que es fácil para ti hacerle a cualquiera lo mismo que a mí. Me hiciste pensar que me ibas a amar, que me adorarías y ahora te vas. Pedirás hablar, te disculparás, llorarás un poco y te marcharás. Yo voy a decir que no, que no te disculpes. No ves que me humillas, que me pidas de rodillas por favor. Comprendo que tu juego, cubrirte tras un velo provoca sensación ambigua a mi, hazme un favor ahora: si no es verdad no llores, al menos se algo honesto en el final. Si estás hablando en serio, prefiero que te apures y quedemos en no vernos pero ya no puedo soportarlo, al fin me estás dejando. Quisiera irme antes de llorar. Conversar así, me pone muy mal. Empiezo a olvidarte y empiezo a pensar que triste se ve, que poco cordial, que te hagas el mártir, que quieras hablar, de que en realidad no es que no me amas, pero la mentira te cansa de mas.
Por favor, debí suponerlo yo. De tarde cuando llamaste sentí que me dejarías. Pero no, no es la primera vez, hace ya bastante tiempo que espero que llegue este momento.]
domingo, 10 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario